En esta quincena han sido cuatro los alumnos que han conseguido su carnet de conducir: Belén, Rubén, Brian y Juani. Ahora pasaremos a analizar cada uno de sus exámenes y los retos que han tenido que superar cada uno de ellos para lograrlo. Sin embargo, antes que nada quiero comentar algo que veo que está pasando con bastante frecuencia y me genera bastante impotencia.
Desde nuestra apertura nos han llegado en varias ocasiones alumnos de otras autoescuelas que vienen con varios suspensos a sus espaldas. Realizan allí su formación pero, en el momento de aprender a conducir, vemos unas considerables carencias de conceptos y disciplina. Obviamente, si el aprendizaje es malo o no es el correcto, los errores no se modifican y eso supone más practicas, más horas, más dinero… y ninguna seguridad de que se vaya a aprobar el examen.
Aprender a conducir no es una parte teórica y una parte práctica separadas. Es un aprendizaje global. Debemos aplicar todo lo aprendido en la parte teórica en las prácticas y debemos ver ejemplos prácticos en las teóricas para aprender. Eso supone esfuerzo considerable tanto al profesor como al alumno, pero es la mejor forma de ir preparados al examen y conseguir aprobarlo (dejando de lado nervios, ansiedades y otras circunstancias).
No os dejéis llevar por las ofertas y las promociones. Vale la pena una autoescuela más exigente, con más intensidad, control y disciplina, pero que al final te hace aprobar más rápido además de enseñarte bien, que otra donde no te enseñen correctamente, adquieras malos hábitos en la conducción y que a la larga, aunque te hayan regalado x prácticas, acabes estando más tiempo y gastando más dinero porque no consigues aprobar.
Buscad los resultados, no las ofertas.
Belén. Teórico y práctico a la primera
De Belén poco podemos comentar en general… porque ha sido una alumna excelente, de ahí sus buenos resultados tanto en el práctico como en el teórico. Una excelente motivación y ganas de aprender, conllevan resultados tan buenos como estos.
Su examen fue en la zona de Tres Forques y comenzó con conducción autónoma. Durante la misma Belén demostró que no iba a comenzar yendo recto, fue directamente a buscar intersecciones sin preferencia y zonas donde hay que circular muy atento a los peatones, puesto que hay muchísimos. La cosa no varió mucho cuando comenzó a dirigir el examinador: intersecciones con mucha norma general (ceder paso derecha) y giros a la izquierda en vías de doble sentido, stop varios y regreso al parking de salida. Aquí el examen terminó con una parada (hacia delante) que faltó señalizar correctamente.
A comentar del examen dos cosas. Por un lado, el hecho de que, durante la prueba, Belén fue haciendo una narración de lo que iba haciendo. Os recuerdo para próximos exámenes que no está permitido hablar, aunque sea inconscientemente!
También recordar que, aunque el peatón irrumpa en la calzada de manera antirreglamentaria, debemos moderar la velocidad igualmente hasta comprobar que no hay peligro.
Salvo esas dos o tres cositas, un muy buen examen, por supuesto. Eso sí, podríamos habernos complicado sin querer por lo que os dije: no hablar durante la prueba, salvo cuando el examinador lo crea oportuno.
Enhorabuena Belén.
Rubén. Teórico en otra autoescuela, práctico a la primera (en Trebolcar)
Como indicaba anteriormente, Rubén viene de otra autoescuela con cuatro suspensos a sus espaldas, y eso complicó bastante el proceso de aprendizaje. ¿El motivo? Simple y llanamente: cuando realizan la primera práctica con nosotros, damos por hecho que vienen con un bagaje teórico aprendido y con una disciplina «enseñada» (aparte de la propia de cada uno). Sin embargo, casi siempre nos encontramos lo contrario: alumnos que llevan adquiridos malos hábitos en la conducción por una mala enseñanza. No les han enseñado ninguna disciplina, no se anticipan, no respetan las marcas viales, señales… y eso ralentiza mucho el proceso. Es más fácil enseñar a un alumno que desde su primer día de prácticas es una esponja dispuesto a aprender, que un alumno que ya viene con malos hábitos adquiridos, los cuales hay que corregir y eliminar.
Sin embargo, debo decir que el examen de Rubén me ha dejado MUY sorprendida. Lo primero porque, pese a los hábitos que tenía, en cuatro días ha conseguido eliminarlos, rectificarlos y lograr esa disciplina tan necesaria para conseguir aprobar. Y segundo porque su examen ha sido espectacular: conducción autónoma muy complicada y prácticamente perfecto. Si me lo llegan a decir el primer día, no me lo creo.
Muchísimas felicidades, Rubén!
Brian. Teórico a la primera y práctico a la segunda
Por coincidencias del destino, a Brian el azar le deparó que hiciera su segundo examen en la misma zona donde suspendió el primero. Así que tuvo la ocasión perfecto para redimirse y superar el reto.
En su primer examen suspendió por algo que solemos machacaros hasta la saciedad: al girar lo normal es encontrar un semáforo en rojo o amarillo intermitente dando prioridad a los peatones, nunca en verde, y en esa ocasión no fue menos y nos lo saltamos en rojo.
Sin embargo, en su segundo examen y con la lección aprendida, todo fue mucho mejor y Brian casi rozó un examen perfecto. Se lo impidieron un par de detalles que pasamos a comentar. El primero, que no facilitó la incorporación a la vía de otros vehículos quitando fluidez al tráfico y, el segundo, que alargó él solo la finalización del examen: se equivocó en dos indicaciones del examinador y tardamos en llegar al punto donde terminaba el mismo. Por suerte, eso solo supuso tardar unos minutos más en recibir el aprobado.
Muchas felicidades, Brian!
Juani. Teórico a la primera y práctico a la segunda
Juani es una alumna «especial» para todo el equipo de Autoescuela Trebolcar, porque los tres sabemos el esfuerzo que ha hecho, tanto personal como económico. También nos ha demostrado, en todo momento, su objetividad por la manera de enfocar éste aprendizaje tan complejo como es la conducción: hay que practicar mucho y así lo hizo, no escatimando su economía para lograr su objetivo. Hemos reído mucho y hemos hecho muchas paradas para dialogar y poder motivarla (ella me ha reconocido siempre que le han venido muy bien) porque tenía la idea en su cabeza de que «a su edad sería complicado». Yo, al tener casi su edad, le hice entender que se quitara esa idea de la cabeza inmediatamente. Esto es cuestión de voluntad, disciplina y motivación, no hay que darse por vencido antes de intentarlo.
En esta ocasión se presentó al examen práctico con mas presión de la que suele ser habitual. Las circunstancias laborales le exigían tener el permiso de conducir lo antes posible puesto que trabaja en un restaurante en Rocafort y, por los horarios de entrada y salida, no hay trasporte público. Por ello hemos trabajado duramente y… lo ha conseguido!!
El examen ha sido en Tres Forques hacia Jefatura y ha dejado la presión a un lado para concentrarse en la prueba. Al principio ha estado en conducción autónoma unos 10 minutos que ha realizado sin ningún problema. La conducción dirigida fue en el barrio de Jefatura y solo hubo un paso de peatones donde reaccionó al límite pero reaccionó. Al darnos el resultado el examinador nos fundimos en un abrazo y su alegría le hizo derramar un litro de lágrimas.
Hemos ganado una amistad los dos y le agradezco muchísimo el aprecio que me tiene y por confiar en los profesores.
Enhorabuena, amiga Juani. Eres grande! Te queremos mucho!!