Y finalizamos un mes de agosto más que peculiar. Hasta en tres ocasiones hemos ido hasta El Saler este mes, pero ninguna con intención de refrescarnos en la playa. Pero bueno, una cosa por otra, en vez de volvernos con arena en los pies y un buen bronceado, nos hemos venido con unos cuantos aprobados que tampoco está nada mal. Los alumnos que han aprobado este mes son: Raquel, Rubén, Julia, Esther y Carlos. Felicidades a los cinco!!
Raquel. Teórico y práctico a la primera.
El examen de Raquel fue en la zona de El Saler. Esta zona tiene la peculiaridad de que cuenta con una salida un poco complicada ya que hay un stop con una pequeña rampa, así que hay que controlar para que el coche no se vaya hacia atrás. El problema con los alumnos (no fue el caso de Raquel) es que están tan pendientes del embrague y mirando al frente, que se les olvida mirar bien a la izquierda por si viene algún vehículo. La vía cambia en una milésima de segundo y en esta zona, en esta época del año, hay mucho tráfico.
Además, en verano también hay mucha presencia de ciclistas que complican aún más si cabe la zona. Recordad que se puede adelantar a peatones, animales, vehículo de tracción animal, ciclos y ciclomotores (no vehículos especiales) aunque esté prohibido el adelantamiento por señal o marca vial.
Como habéis visto, hemos analizado más la zona que el examen de Raquel… un examen muy bueno. Por comentar algo, recordad que en los Ceda el paso hay que mirar a ambos lados aunque se sepa que por uno de los lados no te puedan venir porque es vía de sentido único.
Felicidades, Raquel!
Rubén. Teórico y práctico a la primera.
Desde el primer día Rubén ha demostrado ser una persona muy coherente ya que, pese a tener carnet de ciclomotor, en ningún momento se ha confiado o sobrevalorado por esa circunstancia. Yo siempre le insistía que él ya sabía lo que era circular con un ciclomotor, pero siempre me contestaba lo mismo: «Bueno, Pepe, esto es un coche y no es lo mismo». Me encanta cuando los alumnos que ya de por sí van bien, como era su caso, reconozcan sus errores, actúen con humildad y sepan que esta tarea no es sencilla.
Su examen fue en la zona de Malilla y comenzó en conducción autónoma, aunque a los cinco minutos el examinador empezó a dirigir y nos dirigió hacia la zona de la Av. de la Plata. Fue extraño porque, al ser el último examen de la tarde, pensamos que nos dirigiríamos hacia Jefatura… pero nos cambiaron los planes y acabamos en la Av. de Baleares tras realizar bastantes glorietas, incluida una partida, realizando todas ellas Rubén sin ningún problema. El examen finalizó de una forma un tanto especial ya que, estando detenidos en un semáforo, el examinador me comentó que se bajaba allí sin decirnos si quiera el resueltado. Pero vamos, por la conducción de Rubén y el cumplimiento de todas las normas era obvio que era apto (como confirmamos al día siguiente).
Sus dos faltas leves que fueron por el mismo motivo: no adaptar la velocidad al tráfico de la vía, ya que debería haber puesto tercera en alguna calle de la zona de Malilla. El resto, perfecto!
Ahora falta esperar a tener el carnet provisional…
Enhorabuena, campeón!!! Cauto y muy buena persona…
Julia. Teórico a la primera y Práctico a la segunda.
Los dos exámenes de Julia podría decirse que se han decidido por dos detalles, uno negativo y otro positivo.
En el primer examen la causa del suspenso fue que frenó demasiado tarde en un stop. La explicación de Julia fue que no quería quedarse encima de un paso de peatones. Aquí deberíamos tener en cuenta un detalle: si el coche de delante frena y tú no has podido preverlo, en este caso sí estaría justificado quedarse en el paso de peatones. Fuera de este caso, no estaría permitido.
En el segundo examen, el detalle fue su excelente observación. Sé que podéis pensar que ese no es un detalle a destacar, pero cuando te cambian la zona del examen que te has estado preparando y te toca afrontar una nueva zona sin preparar…. ese detalle cobra máxima importancia. Y aquí Julia estuvo de diez: atenta, precavida, observando y previendo cualquier imprevisto que pudiera pasar. Perfecta!
Muchas felicidades, Julia.
Esther. Teórico en otra autoescuela y Práctico a la tercera.
Esther, como ha sucedido otras veces, venía de otra autoescuela muy descontenta y, para ser sinceros, costó cambiarle el chip.
Su examen también fue en la zona de El Saler por carretera convencional en dirección a Pinedo por carretera convencional. Adaptó bien la velocidad a la vía y en las glorietas respetó bien la preferencia de paso, también a algún ciclista que otro. El mayor problema lo tuvo en Pinedo cuando un vehículo que circulaba en sentido contrario invadió nuestro sentido de circulación. Esther reaccionó muy bien y tuvo que frenar bastante para evitar colisionar con él. Pese a ello, le comenté que debería haber frenado antes, que en estos casos hay que anticiparse y verlo antes. El resto del examen sin contratiempos.
La satisfacción como profesor ha sido enorme porque, como ya he dicho, Esther vino mal formada y era complicado que, al principio, asumiera sus fallos. Es más, siempre me decía que me quejaba de todo… pero, al mismo tiempo, sabía que era mi obligación como profesor decirle sus errores. Lo contrario sería un engaño. Al final, a base de tanto discrepar, acabamos formando un buen tándem.
Enhorabuena, Esther!!! Estoy muy orgulloso de lo que has logrado!
Carlos. Teórico y práctico a la segunda.
Carlos ha sido un alumno fácil y cogió el ritmo muy pronto. Su mayor problema durante las prácticas fue el freno motor. Recordad que para que la frenada no sea brusca tenemos dos opciones: o bien reducir marcha y levantar poco a poco el embrague para impedir que el cambio sea brusco, o bien combinar el freno de pie antes de reducir marcha o al mismo tiempo.
El examen de Carlos comenzó en el mismo lugar que el de Esther, pero en dirección al mismo stop de salida que Raquel.
Su examen fue en dirección a Valencia por autovía. Llegado el momento, el examinador le pidió que saliera en dirección a Pinedo. En Piendo las glorietas por las que hay que circular son peculiares porque el acceso es paralelo a otra calzada cercana y, si no te detienes y giras la cabeza, es complicado tener buena visibilidad a la hora de entrar ya que, además de estar pendiente de esos coches hay que fijarse en los que están circulando por dentro. Carlos lo hizo tal y como lo habíamos trabajado previamos y no tuvo ningún problema.
De regreso por la travesía de Pinedo, respetó muy bien los pasos de peatones y las distancias laterales. Una vez salimos a carretera convencional las glorietas ya fueron más sencillas y, gracias al calor, no llegamos a cruzarnos con ningún ciclista.
La finalización acabó de rematar el brillante examen de Carlos. Realizó la entrada al centro de exámenes y estaba claro que, si hacía bien la última maniobra que le pedía, el apto estaba en el bolsillo. El examinador le solicitó una parada, la señalizó correctamente… y ahí mismo nos comentó que era apto.
Enhorabuena, Carlos!