Pese al dramatismo del título, lo cierto es que la trayectoria de Miriam hasta conseguir el carnet de conducir no ha sido fácil. Pese a aprobar a la primera el examen teórico, sufrió la huelga de examinadores para el práctico y no ha sido hasta ahora que ha podido examinarse.
Y durante el examen, siguieron los problemas, empezando por sus nervios que le jugaron dos malas jugadas nada más empezar el examen: primero, saliendo sin señalizar la incorporación a la vía y, segundo, con el freno de mano puesto. ¡Hay que aprender a controlar los nervios, chicos!
Por si eso no fuera poco, en la conducción autónoma, circuló hasta lo más difícil que había en la zona: la rotonda de los anzuelos, a la entrada de Valencia… y además, el examinador le indicó la salida que debía tomar por el número y Miriam se lió un poco. Vamos a repasar: primera salida a la derecha; segunda salida, recto; tercera salida, cambio de dirección a la izquierda; y cuarta salida, cambio de sentido. Adjunto un gráfico para verlo más claro:
Bueno, pues Miriam consiguió controlar sus nervios y salvó el problema de la rotonda con maestría: controló todas las situaciones y evitó muchos peligros por culpa de la posición de los demás. Recordad que, como se puede ver en el gráfico, si se desea ir recto hay que colocarse a la derecha, no a la izquierda. Lamentablemente esas cosas sólo se recuerdan cuando te sacas el carnet, pero una vez sacado caen en el olvido. Y eso lo ha sufrido Miriam en sus carnes, que ha tenido que esquivar muchos vehículos que se colocaban a su izquierda para ir recto mientras que ella tenía que girar a la izquierda.
Por suerte, salvo un par de frenazos bruscos, ha sabido solventar la situación gracias a la observación por los espejos retrovisores y por el espejo interior (para evitar sorpresas en los frenazos). El resto del examen, coser y cantar.
¡Muchas felicidades, Miriam!