Este martes se presentó a examen de conducir Vicente, que venía de aprobar el teórico a la primera… y consiguió el práctico también a la primera.
Con Vicente reviví los años de colegio, cuando te enterabas de que tenías que entregar un trabajo un determinado día… y te ponías las pilas para entregarlo en fecha y aprobar. A Vicente le pasó lo mismo: mientras hacíamos las prácticas yo notaba que no estaba al 100% y que podía dar mucho más de sí… o determinadas maniobras que no había manera que las hiciera bien como las rotondas. Sin embargo, fue decirle la fecha del examen práctico y en tres día fue ponerse las pilas y clavarlo todo, especialmente las rotondas.
De su examen podemos comentar dos cosas:
- En un cambio de sentido se detuvo para ceder el paso a los vehículos que venían por la derecha. En cuanto pasaron, y viendo que los vehículos que venían estaban muy lejos, inició la marcha pero se detuvo cuando vio que una motocicleta venía a una velocidad superior al doble que se permite en poblado. Vicente se quedó bloqueado, pero ya había metido el morro. La motocicleta, al vernos de lejos, se cambió de carril y no hubo mayor problema. Ante esta situación, el examinador tuvo en cuenta el conjunto y no comentó nada más al respecto.
- En segundo lugar, durante las prácticas Vicente pecaba en muchas ocasiones de no dejar la separación lateral deseable y ya en el examen hubo una vez que, aunque no fue merecedor de suspenso, dejó una separación lateral que no fue la más correcta.
Por lo demás, el examen bien. La conducción autónoma fue perfecta e incluso hizo en una rotonda un cambio de sentido, ejecutado perfectamente, sin pedírselo el examinador. Esa es una de las cosas que a los examinadores les gusta: que en conducción autónoma no os limitéis únicamente a circular recto, sino que realicéis algunas maniobras para que vean que controláis la circulación y la conducción. En este caso, Vicente no lo pudo hacer mejor.
Felicidades, Vicente!!