Por aclarar el título, no es que tuviéramos ningún piloto en la Autoescuela… el apelativo tiene su origen en que Jorge, cada vez que fallaba, me decía: «Tranqui, que yo piloto!». Y puedo decir, que tenía razón: otro alumno que aprueba tanto el teórico como el práctico a la primera. Ya empezamos a perder la cuenta!!
Jorge era de esos alumnos que acabas aburriéndote de enseñarle porque lo pillaba todo a la primera… Nah, mentira!! Es broma! En ningún momento me he aburrido. Es más, al contrario, nos hemos reído mucho y no hay mejor enseñanza que aprender divirtiéndote. Con él no hacía falta repetir las cosas dos veces, con una era suficiente. Es por ello que, pese a haber realizado menos prácticas de las aconsejables, salió bien preparado para el examen. Esto demuestra que, en algunas ocasiones, lo importante no es tanto la cantidad de prácticas sino la calidad de la preparación, la atención del alumno y la asimilación de los conceptos y mecánicas.
El examen fue perfecto en prácticamente todos los sentidos y eso que no fue fácil: muchos giros a la izquierda con poca visibilidad y prioridad a la derecha; cambios de dirección indirectos; rotondas… Y salvó todas las circunstancias perfectamente. Me sentí muy orgullosa al ver la perfección del examen.
Lo que menos me gustó de su examen fue la conducción autónoma nada más empezar el examen. Cabe indicar que las prácticas anteriores habíamos hecho prácticas en la zona y habíamos hablado de colocarse en el segundo carril para continuar por arriba de un puente. El día de examen, al girar vio perfectamente que el semáforo estaba en rojo (recordar siempre que realicemos un giro, levantar la cabeza para ver el semáforo, es raro que no esté) y se detuvo. Ese semáforo pasó a amarillo intermitente y, si no pasan peatones, eso implica que podemos continuar. Como Jorge tenía metido en la cabeza meterse en el segundo carril, se quedó quieto porque la circulación estaba detenida por el tráfico, en vez de haber avanzado por ese carril y, cuando fuera posible, realizar el desplazamiento lateral al segundo carril. Ya sabéis para la próxima, si el semáforo está intermitente o en verde, circular por el carril y, cuando sea posible, cambiaros al carril deseado, pero no os quedéis quietos impidiendo la circulación.
Y ahora, por fin, puedo decirte que ahora sí que pilotas, Jorge!!
Felicidades, estoy muy orgullosa de ti!!