Aunque suene a novela de Agatha Christie o a película de Alfred Hitchcock, esta historia también fue un misterio para mí durante las primeras prácticas de conducir que realizó nuestra protagonista: Patricia.
Patri aprobó el teórico a la segunda y el práctico a la primera.
El origen del título de este post es una broma que teníamos entre nosotras y es que, durante las primeras prácticas, Patri se paraba en todos los pasos de peatones, hubiera o no hubieran personas esperando para cruzar. Al principio no le di importancia, pero a la segunda o tercera vez me preocupé y le pregunté, como si fuera el protagonista de El Sexto Sentido, si veía fantasmas…. Por suerte para todos, me dijo que no y así, entre risas, poco a poco dejó de hacerlo.
Respecto a eso, hay que tener cuidado con eso porque no nos podemos detener a no ser que sea una causa justificada. De hecho, en el examen le ha pedido que realizara un giro a la izquierda y, como no venían coches, lo correcto hubiera sido girar sin detenerse, pero se ha detenido y eso es una falta leve ya que quitamos fluidez al tráfico.
También durante el examen, resaltar que nos hemos pasado dos semáforos en amarillo fijo, pero con la velocidad que llevábamos no nos daba tiempo a detenernos. Así que, aprobada. Muy bien Patri!! Felicidades!!
Ahora igual de bien en la vida real y sin ver fantasmas.