Y cerramos otro curso en Trebolcar con la llegada del mes de agosto y la esperada ola de calor. Ha tardado, pero no ha faltado a su cita. Al final el mes de julio ha acabado on fire, nunca mejor dicho, con tres aprobados más: Fran (teórico y práctico a la primera), Roberto (teórico a la primera y práctico a la segunda) y Raúl (teórico a la segunda y práctico a la tercera). ¡Muchas felicidades a los tres!
A estas alturas del verano y con tanta calor, resulta complicado hablar de algo que no sea la temperatura, cómo nos afecta al conducir y algunos consejos para no «cocernos» dentro del coche cada vez que lo dejamos al sol.
Conducción con altas temperaturas
Los efectos de la calor a la hora de conducir son mayores de los que podemos pensar, incrementando los riesgos de sufrir un accidente hasta un 20%. El conducir con temperaturas superiores a 25º tiene como uno de sus principales efectos la disminución de la atención y de la concentración, disminuyendo los tiempos de reacción, mayor cansancio y somnolencia.
Además, la visión también empeora al haber más objetos deslumbrantes en la carretera y mayor cantidad de luz que, a la larga, genera molestias en los ojos. Incluso, según estudios, a partir de 35ºC se ha comprobado que la capacidad de ver y reconocer determinadas señales en la carretera se ve reducida generando más accidentes al volante.
Consejos y trucos para minimizar el impacto de la calor
- Como siempre que vamos a desplazarnos con el coche en verano, el principal consejo es preparar el vehículo. Tanto con un frío extremo como con calor extremo, una revisión adecuada del estado del vehículos nos evitará sustos en la carretera.
- Evitar las horas más calurosas, entre las 13:00 y las 18:00 horas.
- Hacer pausas y descansos durante el viaje cada 2 horas o cada 200 kilómetros.
- Usar gafas de sol adecuadas para evitar deslumbramientos o molestias en los ojos al estar expuestos mucho tiempo a una cantidad elevada de luz.
Al llegar a destino, podemos seguir estos consejos para evitar sufrir más calor del deseado:
- Al aparcar, de ser posible, buscar siempre un lugar que dé la sombra o que vaya a darle durante buena parte del tiempo. Dejar el vehículo al sol puede generar temperaturas de más de 50ºC en el interior del mismo. Si no hay otra opción que aparcar al sol, es recomendable dejar un poco bajadas las ventanillas para poder ventilar el vehículo y que salga algo de la calor acumulada.
- Usar un parasol. No existe sensación más desagradable que tener que conducir y no poder agarrar el volante de lo que quema. Según se ha estudiado, su utilización puede reducir la temperatura en el interior del vehículo hasta 11ºC.
- Si tenemos que hacer una pausa, no quedarnos en el interior del vehículo. Salir del mismo, estirar las piernas y refrescarnos para evitar expuestos durante mucho tiempo al sol. Con esto hay que ser especialmente cuidadoso si llevamos mascotas o niños y, bajo ningún concepto, dejarlos en el interior del vehículo al sol.
- Refrescarse e hidratarse de forma constante aunque no tengas sed.
- Ventilar el coche antes de entrar. Es aconsejable, antes de conducir, dejar el coche y las ventanillas abiertas durante un rato hasta que la temperatura del mismo se reduzca lo suficiente para poder conducir sin calor.
- Por último, utilizar correctamente el aire acondicionado. Al entrar al vehículo, muchos conductores solemos poner el aire a temperatura baja con las ventanillas subidas. Lo correcto sería bajar las ventanillas y poner el aire acondicionado, de esa forma al entrar aire frío en la estancia, el aire caliente saldrá del vehículo por las ventanillas. Una vez pasados uno o dos minutos, ya subiríamos las ventanillas y mantendríamos una temperatura entre 22 y 24ºC
Recordad que lo importante no es llegar a destino lo antes posible, es llegar sano y salvo. ¡Disfrutad el verano!